Herguijuela se encuentra situada en un precioso rincón de la Ribera del Guadiana, hacia el norte, entre las cumbres de Pedro Gómez y la Serrezuela de Los Lagares y en torno al camino que históricamente unía dos de las ciudades más importantes de la Península: Trujillo y Córdoba.
Se conservan vestigios que nos dan muestra de la importancia de Herguijuela desde tiempos remotos; desde la época visigoda hasta principios del siglo XX, pasando por la época romana, tiempos de Alfonso XI (primer dato documental sobre Herguijuela) y el descubrimiento de América.
La iglesia de «San Bartolomé» construida por el arquitecto Francisco Becerra allá por el siglo XVI es una clara muestra de siglos de religiosidad.
Se trata de un enclave que guarda el frescor de manera natural, lugar que a lo largo de los tiempos ha aportado recursos agropecuarios a la población de Herguijuela, pues olivos y viñedos ocupan la mayor parte del terreno, destacando un importante número de edificaciones dedicadas al trabajo de la vid y la elaboración de vinos.
Hoy, en muchas de estas viviendas (denominadas lagares) se conserva la bodega con sus toneles de vino donde almacenaban el caldo resultante de la fermentación del fruto de la vid: el vino.
Cerca de 30 lagares pertenecientes al término municipal de Herguijuela (algunos en ruinas) albergan siglos de historia y un legado histórico en torno al vino que perdura hoy en nuestro centro de interpretación.
La edificación solariega que acoge nuestro centro fue antaño una almazara, que junto a las casas aledañas y la huerta conformaban una amplia propiedad perteneciente a la VI Condesa de la Encina: María del Carmen Castilla y Orellana.
A su muerte, esta propiedad pasó a pertenecer a la comunidad franciscana de Guadalupe, tal como legó en su testamento, correspondiendo el usufructo a su sobrina Jacoba Pérez-Aloe, Marquesa de La Liseda.
Nuestro centro también es un homenaje a los muchos herguijueleños y herguijueleñas que desde épocas lejanas y no tan lejanas han trabajado la tierra y en especial en los lagares, siendo el trabajo de la vid un símbolo de vivencia y convivencia.
Existen numerosos lagares pertenecientes al término municipal de Herguijuela salpicados por el terreno formando barrios organizados: Los Lagares, La Redondilla, La Negra …
Muchas de estas viviendas pertenecían a familias de Trujillo quienes cultivaban sus vinos y disfrutaban del ocio, del microclima y la tranquilidad.
Hoy, la mayoría de los lagares han sido reconvertidos en casas rurales que acogen al turista conservando la solera y la tradición del vino que ha dado fama al lugar, así como la prensa del aceite, ya que la vid junto con el olivo forman parte fundamental del entorno natural.
El centro lleva al visitante a conocer uno de los productos de la zona, el vino que, junto al aceite, fue parte importante de su motor económico. De hecho, en su momento, Herguijuela fue conocida como Los Lagares, por la cantidad de ellos que había. Un lugar, además, idóneo para celebración de catas y cualquier evento relacionado con la enología. Un espacio de sensaciones y recuerdos de antaño, poniento en valor la cultura del vino que a lo largo del tiempo ha ido unida a nuestra localidad.
CONTACTA CON NOSOTROS: