Sobre la falda oeste de la mítica Sierra de Santa Cruz (Pico de San Gregorio), y defendida de los vientos, se extiende hacia el sur, la población de Puerto de Santa Cruz. Sus casas corren justo a lo largo de la autovía Madrid-Lisboa (Autovía de Extremadura). La sierra fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1933, después de que se encontraran espectaculares hallazgos arqueológicos por toda la montaña: poblados, megalitos, castros celtas, numerosos altares rupestres y un castillo árabe derruido.

El pueblo es muy irregular en cuanto a su despliegue urbanístico haciéndose notar tres núcleos: la Plaza de los Condes del Puerto, la Iglesia y la travesía de la antigua Nacional V. La iglesia es una obra de arte altomedieval en sus arcadas, su torre y sus soportales. Su retablo combina brillantemente la madera con la piedra de los tres grandes huecos del ábside cuidando los detalles y otorgando fortaleza al hermoso conjunto.

Pasear por las calles de Puerto de Santa Cruz es relajante y gratificante cuando vamos descubriendo los elementos más emblemáticos de la «Ruta de los Pozos», tales como brocales variopintos, forja, pilas y vierteaguas todos comunicados dando paso al agua que se recoge de la sierra.